LILY Y DE COMO CREO APARECIO MUFFY

Según las leyendas, Lily vivía en una gran ciudad adornada de grises edificios y sucios callejones, pero románticos nudos donde convergían miles de ciudadanos y gatos por montón. Una triste mañana de mayo, lluviosa y nublada, Lily salió a caminar por las estrechas calles de cemento repletas de prados de tierra fría con flores pálidas y pedazos de mierda de perro.
Fue en búsqueda de algo para comer, en su mente rondaba la idea de encontrar un pan rollito, como eran conocidos en aquella ciudad, unos rollos de pan listos para mezclar con arequipe y chocolate. Su obligado “paseo” por no morir de hambre se extendió más de lo pensado, pues la aparición de una sombra negra pequeña cautivo su inmensa curiosidad que mezclada con su dulzura la hacían ser una mujer casi única. La mínima mancha corrió a esconderse tras una montaña de bolsas negras llenas de los desperdicios de un restaurante de mala comida italiana que quedaba justo sobre esa calle congestionada de nada. Fue en ese instante cuando sigilosamente, Lily se acerco, mientras sus botas pasaban sobre los pequeños charcos salpicando con góticas a su pantalón, contando cada paso, 1,2,3, y 1,2,3 alcanzo su objetivo, fijo su mirada y cerro sus oídos al ruido de la calle para escuchar con precisión donde estaba el motivo de tanto afán. Se agacho y repitiendo alguno que otro sonido que recordó, trato de llamar a la extraña figura que hasta este momento tanto morbo la causo. Perrito, lorito, pajarito, elefantico repetía, pero sin ninguna respuesta, entonces intento con el nombre de alguna mascota que alguna vez vio, carabina, moticas, rambo, muffy... Muffy resulto, pues la sombra no lo dudo y como por instinto decidió asomar su cabeza por el estrecho hueco de una lata de sardinas con salsa de tomate que resaltaba perfectamente el paisaje. Lily, color purpura, sonrió al ver que una vez más, su intuición la llevo a encontrar una flor flotando dentro de un gran lodazal. La sombra resulto tener ojos, y no eran comunes, pues brillaban de color especial y mágico con cada foco que iluminaba en las ventanas opacas por el frió matinal común.
Muffy salió, toda su figura pudo verse, y después de ronronear, ella supo que era; al principio el gato estaba con los pelos negros de punta, enmarañados y grasosos por sus primeros meses de vida al intemperie, pero esto no le importo a Lily, pues en su corazón abunda un sentimiento de bondad que le sirve para calentar el alma de quien se acerca a ella. El triste gato dudo, pues todavía tenia fresco el recuerdo de algún dueño anterior, que cuando no lo quiso mas lo dejo tirado en un parque junto a una banca donde dormía un vago que al despertar lo creyó un pollo frito humeante y listo para comer, por suerte los reflejos felinos aun no le fallaban por el frió, lo cual le permitió escapar de una segura muerte por confusión etílica. Al final, Lily lo convenció, pues con tanta dulzura el gato termino por ceder, entonces lo levanto del suelo, lo envolvió en los clasificados del periódico local y lo llevo a su casa, no sin antes comprar el pan rollo por el cual se aventuro a salir…

2 Response to "LILY Y DE COMO CREO APARECIO MUFFY"

  • Anónimo Says:

    Ahhhhhhhhhhhh (suspiro) hasta las goticas de charco que salpicaron su pantalón me las imaginé. Hombre, eres muy bueno para escribir cuentos cotidianos.
    Un saludo :)


  • Preste Juan Says:

    Este relato breve es de los mejores que he leído en los últimos tiempos. Tiene la grandeza de la sencillez. Y emociona como una lluvia de lágrimas.
    Felicidades y gracias. Este cuento es un regalo para quien lo lee.