Ayer a las 4 pm, en una clínica del norte de Bogotá, murió uno de los más importantes representantes de todo el folklor colombiano. Rafael Escalona finalmente se fue a encontrar con su amigo Jaime Molina llevándole ese "son" que le prometió en vida.


Ayer a las 4 am, en un pobre hospital de la ciudad de Bogotá, murió Luis Miguel Noya Sanmartín en un total olvido y aquejado por la diabetes que lo dejo en silla de ruedas, el hijo del payaso Pernito y hermano de tuerquita, dijo adiós para siempre, con la esperanza de ser recordado por algunos cuantos como el payaso “bebe”.


Las diferencias sociales son cada vez más evidentes y abismales, no hay medios, es negro o es blanco, es mañana o es noche, se es pobre o se es rico... La evidente fama de la que gozaban los dos protagonistas a los cuales reseñe, fue efímera para uno de ellos, para el otro, siempre estuvo a la mano, y como no?, estar en los libros de García Márquez, ser amigo de todos los presidentes de la republiqueta, y tener hasta una novela, eran obviamente la puerta al recuerdo, mientras el otro, se desvaneció en el recuerdo de viejos, sin piernas lucho y siguió memorando sus éxitos de los 70s y 80s gracias a unos cuantos destellos de fama, su ocaso fue tan absurdo, que llego a presentarse en un circo en Pueblo Paleta.
El primero era hijo de una acomodada familia de la costa Colombiana, esta condición lo hacía inservible para tratar de emular a los juglares de la época, pero se reveló, y compuso, así nunca hubiera aprendido un RE en una guitarra; el otro, no sé, no hay datos, no hay nada en wikipedia, pero no queda duda que era un payaso triste, un payaso de restaurante, un payaso que salía junto a pacheco, un lugar común, eso era él.
La vida fue agradecida para uno de ellos, el cual disfruto cada instante, fue inmortalizado y será por siempre recordado, el otro perdió la suerte en una alcantarilla, y fue guardado en un baúl, con la condición de nunca salir a cambio de comida, fue un desgraciado venido a menos. La vida una vez más se encargo de mostrar esos contrastes, el olvido y la remembranza.

Conclusión:
Queda demostrado una vez mas que es mejor ser rico que pobre, ser payaso no da para que los medios cubran tu muerte, hagan caravanas y entrevisten un montón de chisgarabis con lágrima hipócrita en el ojo hablando mierda del legado que dejaste.
Ah y por supuesto y no menos importante, recuerda no fallecer cuando se muera alguien más importante que tú!

Fuentes: El tiempo - Colombia, El país - Cali. Caracol.com

Bonus track:
******* El payaso bebe era de apellido Noya, y no MOYA, ¡no joda!.
Bonus track 2:
Espero escribir algo mejor después.
Bonus track 3:
Gracias a las personas que me dieron las felicidades en el día de mi santo.
Bonus Track 4:
Cagada por los dos viejos, pero ya no van a tener que aguantar pandemias, guerras y ese monto de videos que nos esperan por aqui.