Como es bien sabido por muchos, el diablo ya está que nos alcanza, estamos al borde de la eliminación como la selección Colombia en las eliminatorias al mundial, por ese motivo quiero hacer una confidencia, probablemente el afectado nunca sepa lo que aquí voy a escribir, pues seguramente no sabrá que es un blog, pero no hay que subestimarlo ya me ha sorprendido más de una vez. Antes que el chiras venga a cobrarme cuentas me confieso:

En diciembre suele reunirse toda mi familia (cabe aclarar que mi abuela tuvo 13 hijos), la cual esta distribuida en Bogotá, Tolima, Neiva y Quindío, muchas veces falta uno que otro, pues algunos están fuera del país y les queda jodido viajar, pero esa Navidad fue distinto, estaban casi todos, por ende la mesa y nevera tenían en sus haberes aguardiente Nectar, Tapa Roja, Doble Anís, y Antioqueño.
Uno de mis tíos llego “estrenando” carro, venía desde Calarca – Quindío (sitio donde he visto mucha muy buena chica), el tipo compro un Chevrolet swift 1.6 modelo 94, rojo Ferrari según él, un tiesto bastante desbaratado que alguna vez fue mejor. Para nadie es un misterio que los paisas suelen ser engreídos (chicaneros) y mi tío no es la excepción a la regla, el man se la paso pavoneándose del coche - que vea esto que lo otro, que chimba el coroto que le puse en el baúl, oilo, eso Schumacher es un marica a mi lado –. El carro se lo presto a todos, hasta a un primo de 12 años, menos a mí, que tenia 22 y licencia de conducción categoría 4, podía conducir, motocarros, automóviles, camperos, camionetas y microbuses de servicio público.No me lo presto porque se había filtrado una información clasificada, tiempo atrás había chocado el corsa de un amigo contra un poste, jodiendome la mano al mejor estilo de Marty Mcfly, la diferencia es que no llevaba a una vieja buena a mi lado que respondiera al nombre de Jeniffer, iba con un tipo que responde al alias de pollo.Ya me había rayado con mi tío, estaba tan emputado como cuando Millonarios pierde con Nacional, el lio se había hecho personal, fue así como recordé a los cazadores de mitos. En un episodio, Jamie y Adam le meten Naftalina al tanque de un carro para mejorar la combustión, mezclan bolitas de Naftalina con la gasolina, esto incrementa de manera notable el funcionamiento del coche y el motor, pero cuando el televidente cree que lo puede realizar salen con la aburrida advertencia que no se debe hacer en casa. Mi abuela tenía una bolsa de naftalina en la cocina, ella la usaba para los insectos, reza la tradición que con esas pepas los bichos en especial las cucarachas, no se meten donde no deben, como electrodomésticos y ropa. Yo tome prestada la bolsita, fui donde estaba parqueado el carro de mi tío, pero a diferencia de los gringos, le metí la Naftalina pura, como unas 7 cucharas llenas, tape el tanque, subí a la casa deje la bolsa en la repisa, y seguí como si nada hubiera pasado. Resultado de mi cruel venganza, el motor tocia como si tuviera tuberculosis, ya no rugía, solo ladraba o rebuznaba, yo no sé qué carajos le paso, pero creo que ese día le dañe el carrito a mi tío, la advertencia de los cazadores de mitos era cierta, el motor puede presentar cambios drásticos. Tiempo después supe que al devolverse a su querida Calarca, se le murió el carro en un municipio que se llama la Tebaida, por allá le toco dormir, porque el carro no funciono y que cuando lo llevo al taller le cobraron $500.000 pesos (250 US), nunca le dijeron el motivo, solo le decían eran arreglos que se debían hacer. Le pido perdón a mi tío, porque en parte yo colabore para que el carrito sacara la mano, pero eso es pa que aprenda. Gracias a you tube, encontré el episodio de la naftalina.

Bonus Track: Como es la hora de las confesiones, debo admitir que últimamente me están dando unas ganas de tener una relación lujuriosa con Daniela Franco.

Bonus Track2: Colombia esta séptimo en las eliminatorias al mundial con 11 puntos, a 12 del primero y 4 del último.